El cine Ariana en Kabul, la capital de Afganistán, ha sido demolido para dar paso a un nuevo centro comercial. Una excavadora comenzó a desmantelar el edificio la semana pasada, y un centro comercial de 3,5 millones, diseñado para albergar más de 300 tiendas, restaurantes, un hotel y una mezquita en ocho pisos, surgirá en su lugar, según Nematullah Barakzai, portavoz de la municipalidad de Kabul.
El teatro, que había permanecido cerrado desde 2021, cuando los talibanes regresaron al poder, había sido un hito en el centro de la ciudad, un recordatorio de arte, cultura y placer para muchos afganos. Había sido testigo de la historia moderna de Afganistán, desde la vibrancia cosmopolita de la década de 1960 hasta el silenciamiento y la represión que siguieron no a uno, sino a dos tomas de poder por parte de los talibanes.
La destrucción del cine Ariana es un indicio de las prioridades ideológicas y económicas de la administración talibán, que está desesperada por nuevas fuentes de financiación debido a las sanciones occidentales y la pérdida de ayuda extranjera. La administración busca revitalizar la economía, que creció un 4,3 por ciento este año, según el Banco Mundial, pero el PIB per cápita se está reduciendo debido al influxo de refugiados que regresan, lo que hace que la población aumente.
Barakzai declaró que el nuevo centro comercial será un gran impulso económico para la ciudad, proporcionando empleos y oportunidades para las empresas locales. Sin embargo, los críticos argumentan que la destrucción del cine es una pérdida del patrimonio cultural y un símbolo de las políticas restrictivas de los talibanes.
El cine Ariana había sido un hito cultural significativo en Kabul, albergando muchas películas y eventos famosos a lo largo de los años. Su destrucción es un recordatorio de los esfuerzos de los talibanes por suprimir el arte, la cultura y el entretenimiento, que se consideran no islámicos.
Las prioridades económicas de los talibanes están impulsadas por la necesidad de generar ingresos frente a las sanciones occidentales y la pérdida de ayuda extranjera. La administración ha estado buscando diversificar la economía y reducir su dependencia de la ayuda extranjera, pero los críticos argumentan que esto se está haciendo a expensas del patrimonio cultural y los derechos humanos.
La demolición del cine Ariana es el último de una serie de sitios culturales e históricos destruidos por los talibanes en los últimos años. La administración ha sido acusada de priorizar el desarrollo económico sobre la preservación cultural, y los críticos argumentan que esto es una pérdida para la sociedad afgana en general.
La construcción del nuevo centro comercial se espera que se complete dentro de los próximos dos años, y será un importante centro económico en la ciudad. Sin embargo, la destrucción del cine Ariana sigue siendo un tema controvertido, y su pérdida será sentida por muchos afganos que lo veían como un símbolo del rico patrimonio cultural de su país.
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