Funcionarios estadounidenses, liderados por el presidente Donald Trump, han rechazado descartar la posibilidad de una guerra con Venezuela a medida que las tensiones entre las dos naciones se intensifican. Estados Unidos ha desplegado su mayor flota en la región en décadas, con el buque de asalto anfibio USS Iwo Jima atracado en Ponce, Puerto Rico, en medio de un aumento militar en el Caribe.
En una entrevista con NBC News, Trump declaró que ir a la guerra con el régimen del presidente Nicolás Maduro sigue siendo una opción. "No lo descarto, no", dijo en una entrevista telefónica con la cadena. Los comentarios de Trump fueron respaldados por su principal asesor, Marco Rubio, quien reiteró que Estados Unidos podría coaccionar a Maduro a través de su campaña de sanciones económicas y aislamiento diplomático.
Maduro, en respuesta al aumento militar estadounidense, ha ordenado a la armada venezolana que escolte a los buques tanques que desafían la presencia estadounidense en la región. El movimiento se ve como un desafío directo a Estados Unidos, que ha estado buscando presionar al régimen de Maduro a través de sanciones económicas y aislamiento diplomático.
Estados Unidos ha sido crítico con el gobierno de Maduro, acusándolo de abusos de derechos humanos y autoritarismo. La administración de Trump también ha estado buscando socavar el control de Maduro sobre la industria petrolera del país, que es una fuente crucial de ingresos para el gobierno venezolano.
El despliegue del USS Iwo Jima y otros buques de guerra estadounidenses en el Caribe ha generado preocupación sobre el potencial de conflicto en la región. Estados Unidos tiene una larga historia de intervención en América Latina, y muchos en la región están recelosos de la acción militar estadounidense.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) ha llamado a una resolución pacífica de la crisis, instando a ambas partes a entablar un diálogo. Sin embargo, las perspectivas de una solución negociada parecen ser escasas, con ambas partes atrincheradas y dispuestas a ceder.
A medida que la situación sigue deteriorándose, la comunidad internacional observa con creciente preocupación. La Unión Europea ha llamado a la restricción y a una resolución pacífica, mientras que las Naciones Unidas han instado a ambas partes a respetar el derecho internacional y a evitar cualquier acción que pueda llevar a un conflicto.
El estado actual de la crisis sigue siendo incierto, con ambas partes atrincheradas y dispuestas a ceder. Estados Unidos ha dejado claro que seguirá presionando al régimen de Maduro, mientras que Maduro ha jurado defender la soberanía de su país. A medida que la situación sigue desarrollándose, el mundo espera con ansias una resolución a la crisis.
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